Rincón literario

del IES Las Encinas

Diario de un superviviente



PEDRO RUEDA, 4º ESO A
14 de octubre, 2016
Mi pueblo ha entrado en guerra; estoy en mi casa con mi familia. Nos han dicho que nos refugiemos, pero no tenemos dónde. Esto es lo único que tenemos. Nos falta comida y agua desde hace dos días y las comunicaciones con la ciudad están totalmente bloqueadas.
Tengo 13 años; justo hoy es el día de mi cumpleaños y mis padres tenían esto preparado, un diario y un lápiz. El lápiz está tallado; parece que son marcas de uñas y el diario tiene una cubierta de cuero que está cosida con una cuerda más o menos gruesa.

17 de octubre, 2016
En los últimos días no han parado de sobrevolar aviones por nuestro pueblo; solo patrullan, o eso parece. Seguro que están buscando puntos estratégicos para lanzar una bomba.
Nos ha llegado un poco de agua para todos, pero seguimos sin comida; solo podemos alimentarnos a base de las ratas y bichos que mi padre caza a mediodía.

29 de octubre, 2016
Tengo miedo, estoy asustado. Desde la última vez, todos los días ha habido un tiroteo. Noto que cada día se acercan más a nuestra casa, que no lo he dicho, pero está construida con barro; una bala la atravesaría fácilmente. En cada tiroteo, mi familia y yo nos escondemos en un armario que hay pegado a la pared en la cara opuesta al lugar desde donde viene el fuego.
8 de Noviembre, 2016
Entra el invierno, empieza a hacer frío. Hoy no tenía pensado escribir una entrada en mi diario, pero quiero recordar este día. El 8 de noviembre del año 2016 he perdido a mi padre mientras conseguía alimento y agua para todos nosotros. Le cayó una bomba a pocos metros de su localización.
Esto es una masacre, un horror. No entiendo cómo el ser humano puede hacer algo así. Nuestra casa está medio agujereada y la mitad de nuestro techo se vino abajo por la onda expansiva de la bomba.
Mi madre no puede más; sufre mucho y siempre anda repitiendo que nos sacará de aquí, a mí y a mi hermano de cuatro años, pero no se da cuenta de que no puede porque estamos rodeados por unos señores con la cara tapada y que portan un arma.

16 de noviembre, 2016
Las temperaturas son bajísimas. Hay heladas. Nos ha llegado comida, pero estamos sin mantas y sin techo. Mi madre llora todos los días y yo la entiendo; tiene que ser difícil asumir todo esto.
Ya casi todo el pueblo está en ruinas y ahora estamos escondidos en aquel armario; ha sido nuestro refugio para protegernos de los tiroteos y bombardeos.

24 de noviembre, 2016
Sinceramente, no me lo puedo creer. Nunca pensé que llegaría a esta situación en la que me encuentro. He perdido a mi madre; ahora sujeto a mi hermano entre los brazos; me encuentro en un barco que me lleva a Europa, ese lugar soñado. Supongo que la vida allí será mejor.

Tenía que haber confiado en las esperanzas de mi madre...